lunes, 22 de octubre de 2012

0 XULI, 13 Enero 2012




Hola a tod@s,

Me piden que escriba algo sobre July (hoy Xuli), pero no lo podría hacer si no fuera por los peludos que la precedieron en nuestra casa, y de los que me gustaría hablar un poco, para recordalos aunque ya no estén entre nosotros.
La primera fue Nessa, una bretoncita de dos años que encontré (o me encontró) el día 13 de julio de 1982 vagando por la carretera, abandonada por unos cazadores porque no servía para cazar...... De esto hace treinta años, y la historia sigue igual.... :( Vivió en casa durante catorce años, durante los que se hizo la dueña de la casa, hasta que una noche se durmió y no volvió a despertar.
Nos quedaba Liber, su hijo, nacido el 15 de octubre de 1984. Con él pasamos momentos difíciles, empezando con una lehismania con un tratamiento experimental y carísimo en esos años, con el que no nos garantizaban ningún resultado. Pero resultó, y lo tuvimos que dormir en enero de 2003, con dieciocho años. El pobre estaba ciego, casi sordo, pero por casa se defendía perfectamente.
Para entonces, ya habíamos adoptado a Furia (cruce de pastor alemán con pastor belga) con 4 meses y a Scooby (compañera inseparable de Furia en la residencia, cruce de mil razas, pero preciosa), con 6 meses. Las adoptamos en octubre de 1997.
Furia vivía con nosotros, y los primeros meses en casa fueron horribles, destrozó la casa entera, pero ya formaba parte de nosotros, y había que aguantar.
Scooby vivía con mi hermana, y se portaba mejor.... jajaja, escogimos a la más revoltosa....
Cuando nació nuestro hijo, Furia estaba en casa, y cuando llegó él, se convirtió en su guardiana, su juguete de peluche, su ... todo..... por la calle, paseando con el cochecito, si se acercaba alguien, ella se ponía entre el desconocido y el niño. En casa, si el niño lloraba y nosotros dormíamos, nos despertaba para que lo atendiésemos. Más adelante, habíamos pillado al niño en su silla, metiéndole el dedo en el ojo a la perra, y ella, lo único que hacía era apartar la cara e intentar que no le llegara al otro ojo...... Estoy seguro que historias como esta la hemos vivido un montón de gente, pero si esto lo lee una sola persona de las que se plantea la posibilidad de abandonar a su mascota por el hecho de que va a tener un hijo, que se lo piense dos veces, por favor. Furia nos dejó en diciembre de 2006, cuando mi hijo tenía seis años y medio.
Desde verano de 2003, Scooby y Furia vivían ya con nosotros, y cuando Furia nos dejó, Scooby solo la buscaba, lloraba estaba triste. Eso nos decidió a buscarle un compañero, o compañera, y fue cuando por casualidad un vecino, que había adoptado a una perrita, nos dijo que la tenía que devolver, ya que su perro no la aceptaba. La perrita era una bretona negra y blanca de un año, llamada Peta. Cuando entró en casa, Scooby le gruñó y pensamos que no podríamos tenerla, pero en poco tiempo se hicieron inseparables.
Inseparables hasta el año pasado en octubre, hace ahora un año, cuando Scooby, con catorce años y medio, empezó a encontrarse mal, no podía andar, se caía, no comía, y a pesar de todo, entre octubre y noviembre la pobrecilla empeoró hasta el punto de no poderse poner en pie, ni andar, ni nada. Fue una de las decisiones más duras que he tenido que tomar, dormirla el día uno de diciembre de 2011. Todavía hoy no estoy plenamente convencido de si hice  bien o no tomando esa decisión, pero no hay vuelta atrás.

Y aquí es donde empieza realmente la historia de July en nuestra casa y en nuestra vida.
Después de verla en esa foto, encerrada, con esa cara, y viendo a mi Peta, desorientada y triste, pensamos que podíamos intentarlo, y así fue como me puse en contacto con vosotras, y lo conseguimos, después de unos cuantos correos, unas cuantas llamadas, preseguimiento, que July llegó a casa el viernes día 13 de enero de 2012.
Estaba asustada, y venía a punto de reventar pobrecilla, pero estaba en casa.
Poco a poco, empezó a adaptarse, a Peta le pegó unos cuantos revolcones, ya que la pequeñaja la provocaba, y claro, July al final se mosqueaba .... jajaja pero nunca le hizo ni un rasguño.
No se separa de nosotros, siempre nos busca, especialmente a mí, y se tumba lo más pegada que puede, es especialmente pegajosa....
Este verano, pudimos comprobar que July había adoptado a nuestro hijo, ya que cuando se tiraba a la piscina, la pobre July se volvía loca, llorando e intentando cogerle por los pelos para sacarlo de la piscina. De tanto empeño que le ponía, se cayó tres veces dentro.... jajaja pero ella seguía insistiendo....
En cuanto al motivo por el que acabó en la perrera, su enfermedad (lehismania), al principio nos dió problemas, ya que no remitía, pero después de innumerables pinchazos, intentos de mordernos (pobrecilla, hubo unos días en los que no se le podía tocar en todo el lomo...), la cosa fué bien, los análisis nos dieron buenas noticias, y a día de hoy está controlada, con sus tres pastillas diarias, y los próximos análisis el próximo mes de noviembre.
July y Peta ya se toleran mucho más que al principio, aunque no tienen la complicidad que tenía Peta con Scooby, espero que con el tiempo la lleguen a tener.
En resumen, si es que alguien está todavía leyendo, July es, tal como me decían las chicas de Sos Perrera Badajoz, un amor, una preciosidad de perra, obediente, aunque un poco “chula” con las hembras.... aunque siempre han empezado las otras.... jajajaja
Y bueno, sobre lo de adoptar, pues yo llevo treinta años adoptando peludetes y en ningún momento me he arrepentido, te lo dan todo por nada, y solo con ver esa mirada ya te sientes satisfecho por todo lo que has hecho.

Solo decir que mi hijo, cuando habla de las personas que se han ido de la familia y que ya no están, siempre menciona cuatro: a su abuelo, a Furia, a su tía, y a Scooby. Estoy orgulloso de ello, y creo que no hacen falta más comentarios.

Por último, que en ningún caso se entienda que la cuestión es tener dos perros, y que da igual cuáles sean. Los animales no son juguetes, o piezas de ropa, que cuando uno se rompe, o nos cansamos de él, lo sustiuimos por otro. Los perros son seres vivos, y cada uno es él mismo, y a cada uno se le quiere y se le recuerda por cosas diferentes, y ninguno sustituye a otro, sencillamente, son seres maravillosos con los que uno ha tenido la suerte de compartir un trozo de su vida.

Un saludo a tod@s, diculpad por el rollo que os acabo de soltar y muchísimas gracias a todo el equipo de Sos Perrera Badajoz por todo lo que estáis haciendo.

Ricard.






Gracias a tí Ricard y a tu maravillosa familia por vuestro ejemplo de generosidad infinita!!!
De corazón....Gracias y gracias!!!


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