jueves, 20 de junio de 2013

0 PANDU, BaasGalgo Marzo 2013


A menudo, las familias que adoptan a través de asociaciones que nos ayudan a rescatar a los perros de la perrera de Badajoz, nos escriben para preguntarnos si sabemos algo sobre su pasado, un acto que simboliza a la perfección su alto nivel de preocupación, cuyo único fin es poder ayudarles a ser felices cuanto antes.
Una de estas familias que nos han escrito recientemente han sido Carolina y Diego, quienes a través de BaasGalgo adoptaron a nuestro precioso Ternilla , rescatado en Marzo de este año de las garras de la muerte. Una vez contestamos su mail, nos llegó uno de vuelta muy muy emotivo e inesperado...


Hola, 

Soy Pandu. Antes tenía otro nombre, Ternilla. Era mi nombre de trabajador, un trabajador más de la lista de empleados de señores abusivos y maltratadores que no tienen ni un dejo de humanidad en sus cuerpos. Las marcas que tengo en mi carita y mis patitas son marcas de guerra, como las llamo yo, de cazar y de defenderme como podía. A mí no me gustaba nada salir a cazar; soy inofensivo e inocente y la verdad es que solo quiero jugar, dormir y recibir mimos. Eso lo sé porque desde hace dos meses vivo con dos humanos, Diego y Carolina que ahora son mi mamá y mi papá. Ellos quieren mucho a los animales, por eso, después de mucho insistir, Carolina convenció a Diego de acoger galguitos y por esas cosas del destino aterricé yo en su casa, ahora mi casa. Yo pensaba que me habían rescatado, pero ahora que lo pienso, yo los rescaté a ellos. Yo los escucho hablar de mí todo el tiempo; dicen que soy bueno y mimoso y se ríen de las monerías que hago, como robar ropa y llevármela  a mi camita. A veces vuelven a la tarde de trabajar y tengo una colección de calcetines, camisetas, sujetadores y alguna que otra braga que voy sacando del cesto de la ropa. También se ríen porque a la mañana cuando mi mamá se levanta yo la espero en el sofá con las cuatro patas para arriba para que me haga unos mimitos matutinos. Ella pasa y me da los buenos días y después nos vamos a pasear los dos juntitos. Desde que estoy en casa viajé varias veces. El coche me pone un poco nervioso pero al final me termino portando bien. A veces la gente en la calle se acerca a acariciarme y no puede creer que me deje tocar. Yo les explico que mis hermanos galgos la pasan muy, muy mal, y por eso tenemos miedo, no porque seamos malos, sino porque nos es difícil confiar en la gente. 
Ojalá que pronto se acabe este trato cruel hacia todos los galgos y todos los animales del mundo. Nosotros no nos merecemos ser esclavos ni ser maltratados y abusados. Nosotros solo queremos una camita mullidita, unos mimos, una estufita en el invierno y que nos den comida y agüita. Nosotros solo queremos amor, porque tenemos mucho amor para dar a quien quiera ser rescatado.

Pandu









Gracias por salvar la vida a Pandu!
Gracias por vuestra solidaridad y respeto hacia los animales!

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